En este artículo se desarrollan los pros y contras de una de las cámaras Fujifilm más esperadas de los últimos años. La Fujifilm X-E5 llegó con la idea de revivir la línea telemétrica, minimalista, compacta y elegante del sistema X. Sobre el papel parece la cámara perfecta para quienes buscan portabilidad, calidad y diseño. Y, en muchos aspectos, lo es. Después de dos meses de uso real puedo confirmar que la X-E5 tiene muchas virtudes, pero también algunos defectos de ergonomía que no puedes ignorar si estás pensando en comprarla.
Lo mejor de la Fujifilm X-E5
- Calidad de imagen extraordinaria: el sensor APS-C de 40 megapíxeles ofrece un nivel de detalle impresionante, con un rango dinámico muy sólido y unos colores a la altura de Fujifilm.
- El procesador X-Processor 5, que ya hemos visto en los últimos lanzamientos de Fujifilm, mejora notablemente el rendimiento de la cámara con respecto a la generación anterior, destacando especialmente la mejora en autoenfoque.
- Incorpora un sistema de estabilización de imagen (IBIS) que compensa las vibraciones cuando trabajamos sin trípode.
- Simulaciones de película: ni que decir tiene que la X-E5 incorpora el catálogo completo de las míticas simulaciones de película de la marca.
- Autoenfoque de última generación rápido, inteligente y fiable. El seguimiento funciona realmente bien, incluso con lentes no muy luminosas.
- Portabilidad: es pequeña, discreta y perfecta para callejear o llevar siempre en la mochila, especialmente emparejada con el objetivo de kit XF 23mm f/2.8.
Lo peor de la Fujifilm X-E5
- La Fujifilm X-E5 es probablemente una de las cámaras más bonitas del mercado. Pero un diseño minimalista no tiene por qué ser ergonómico. La parte superior de metal está muy bien construida, pero sus bordes son afilados. Dependiendo de cómo agarres la cámara, pueden llegar a ser un poco incómodos.
- Aunque se ha mejorado el agarre con respecto a su predecesora, la X-E5 no tiene una empuñadura demasiado grande. Esto es algo a tener en cuenta si vamos a trabajar con objetivos grandes y pesados.
- Algunos botones delanteros, como el dial de simulaciones de película, se encuentran cerca del sensor del visor, y al manipularlos es fácil activar involuntariamente el modo EVF que desactiva por un momento la pantalla LCD. No es un problema grave, pues me sucedía también con mi anterior cámara (X-T30 II) y acabas encontrando la forma de accionar los botones sin activar el sensor.
- La pantalla abatible da la sensación de ser un poco endeble. Está tan bien integrada en la cámara y es tan fina que no parece un mecanismo demasiado duradero.
- El pequeño botón lateral para cambiar entre AF-S / AF-C / M está en una zona donde apoyas la mano al agarrar la cámara y es imposible no cambiar el enfoque de manera involuntaria constantemente. Es un error que se podría haber evitado si este botón tuviese más resistencia o colocándolo en la parte delantera de la cámara.
Conclusiones
La Fujifilm X-E5 es una cámara brillante… empañada por algunas malas decisiones de diseño.
¿La recomendaría? Si priorizas estética, tamaño y calidad de imagen, sí. Si priorizas la ergonomía, te recomiendo que la pruebes antes de comprarla.
La X-E5 es una cámara espectacular en cuanto a rendimiento, con una calidad de imagen sobresaliente, un diseño precioso y todas las ventajas del sistema Fujifilm. Pero también es una cámara, en determinados casos, algo incómoda, con decisiones ergonómicas que pueden afectar al uso diario.
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